7 trucos para crear un gran impacto en tu público



Gran parte del éxito de una presentación radica en la manera cómo nos “conectamos“ con nuestro público.  Aunque ya tomamos en cuenta previamente cómo controlar el miedo escénico, no hemos considerado al puente emocional que debemos crear entre nosotros y una audiencia numerosa.  Descuida, no es tan difícil como parece; sólo requiere un poco de práctica, y tomar en cuenta que debes.



1. Controlar tu nivel de estrés: Poco antes de subir al escenario, evalúa la cantidad de tensión que sientes: Siempre debes tener un poco, lo que significa que consideras tu presentación importante y emocionante; pero demasiado estrés puede afectar tu desempeño.   Pocos minutos antes de subir, mantente derecho, con la barbilla recta y haciendo cinco o seis respiraciones profundas.  Siente que te estás preparando para el éxito.

2. Entrar de manera confiada: nada mejor para inspirar seguridad hacia tu público, que hacer una entrada a paso firme, con los hombros relajados, el rostro en alto y una leve sonrisa.  La idea es proyectar una imagen de dominio del tema que vas a presentar.

3. Hazlo con emoción: Aún cuando domines el tema a la perfección y hayas podido controlar tus nervios, si no presentas tus ideas con pasión y verdadero entusiasmo, no lograrás impactar a la audiencia.  Anda, suéltate y demuéstrales que naciste para ese momento, imprime emoción en tus palabras y contagiarás a tu público.

4. Mantener el contacto visual: Obviamente no podemos mantener la mirada con todos los asistentes a la vez, pero sí es necesario que tus ojos no divaguen.  Si empiezan a oscilar hacia el techo o hacia otro lugar, o te quedas viendo fijo tus diapositivas, todo el mundo pensará que no estás seguro de lo que estás diciendo, que perdiste el hilo del discurso o peor aún, que estás escondiendo algo.

5. Olvídate del podio: Aunque puede parecer cómodo apoyarse (O incluso protegerse) tras él, es una barrera infranqueable con tu público, y además bloquea gran parte de tu expresión corporal.

6. Que tus manos hablen por tí: En la medida que trates de dejar tus manos inmóviles, te verás tenso e inseguro; si las dejas que hagan gestos demasiado rápidos o amplios, parecerás disperso o poco preparado.  Así como regulas el volumen y el tono de tu voz, regula la amplitud y la velocidad de los gestos de tus manos.  Deja que vayan al ritmo de tus palabras y serás tres veces más convincente.

7. A los seres humanos nos encanta el movimiento:  Si te quedas parado en un sólo sitio será muy probable que tu público se aburra.  Acércate a ellos cuando quieras captar su atención, y aléjate cuando estés haciendo una transición entre secciones e ideas.  Pero cuando quieras hacer verdadero énfasis en un punto, quédate perfectamente quieto para añadir dramatismo e impacto.

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