Gran parte
del éxito de una presentación radica en la manera cómo nos “conectamos“ con
nuestro público. Aunque ya tomamos en cuenta previamente cómo controlar el miedo escénico, no hemos
considerado al puente emocional que debemos crear entre nosotros y una
audiencia numerosa. Descuida, no es tan difícil como parece; sólo
requiere un poco de práctica, y tomar en cuenta que debes.
1. Controlar
tu nivel de estrés: Poco antes
de subir al escenario, evalúa la cantidad de tensión que sientes: Siempre debes
tener un poco, lo que significa que consideras tu presentación importante y
emocionante; pero demasiado estrés puede afectar tu desempeño.
Pocos minutos antes de subir, mantente derecho, con la barbilla recta y
haciendo cinco o seis respiraciones profundas. Siente que te estás
preparando para el éxito.
2. Entrar de
manera confiada: nada mejor
para inspirar seguridad hacia tu público, que hacer una entrada a paso firme,
con los hombros relajados, el rostro en alto y una leve sonrisa. La idea
es proyectar una imagen de dominio del tema que vas a presentar.
3. Hazlo con
emoción: Aún cuando
domines el tema a la perfección y hayas podido controlar tus nervios, si no
presentas tus ideas con pasión y verdadero entusiasmo, no lograrás impactar a
la audiencia. Anda, suéltate y demuéstrales que naciste para ese momento,
imprime emoción en tus palabras y contagiarás a tu público.
4. Mantener
el contacto visual: Obviamente
no podemos mantener la mirada con todos los asistentes a la vez, pero sí es
necesario que tus ojos no divaguen. Si empiezan a oscilar hacia el techo
o hacia otro lugar, o te quedas viendo fijo tus diapositivas, todo el mundo
pensará que no estás seguro de lo que estás diciendo, que perdiste el hilo del
discurso o peor aún, que estás escondiendo algo.
5. Olvídate
del podio: Aunque
puede parecer cómodo apoyarse (O incluso protegerse) tras él, es una barrera
infranqueable con tu público, y además bloquea gran parte de tu expresión
corporal.
6. Que tus
manos hablen por tí: En la
medida que trates de dejar tus manos inmóviles, te verás tenso e inseguro; si
las dejas que hagan gestos demasiado rápidos o amplios, parecerás disperso o
poco preparado. Así como regulas el volumen y el tono de tu voz, regula
la amplitud y la velocidad de los gestos
de tus manos. Deja que vayan al ritmo de tus palabras y serás
tres veces más convincente.
7. A los
seres humanos nos encanta el movimiento: Si te quedas parado en un sólo
sitio será muy probable que tu público se aburra. Acércate a ellos cuando
quieras captar su atención, y aléjate cuando estés haciendo una transición
entre secciones e ideas. Pero cuando quieras hacer verdadero énfasis en
un punto, quédate perfectamente quieto para añadir dramatismo e impacto.
0 comentarios:
Publicar un comentario