EL TEMOR A LA IMAGINACIÓN SE TRADUCE EN FALSAS VERDADES,
MIEDO A LA SOLEDAD.
La opinión de la mayoría no sólo se configura a
partir de una discusión argumentativa, sino que también depende de los
elementos psicosociales, de los valores seguidos y perseguidos por el individuo
en su socialización y que hayan dado lugar a su estructura cognitiva, de la
percepción propia de la opinión mayoritaria y, principalmente, del temor al
aislamiento.
La sociedad amenaza con la exclusión a quienes se alejan del consenso; de lo moral y supuestamente válido; de lo establecido, que es establecido, a su vez, por ellos mismos y por los medios de comunicación de masas, en contra de cuyos criterios asentados nos cuesta tanto opinar.
Esto es lo que viene a expresar la teoría de la espiral del silencio, que la opinión de la mayoría determina el comportamiento de los individuos y cuestionan la elección de expresarse públicamente o permanecer en silencio.
Esta teoría fue expresada por primera vez hace
unos 20 años por la directora del Centro de Investigación de la Opinión Pública
de Allensbach, Elisabeth Noelle-Neuman, quien en este libro La espiral del
silencio nos muestra con numeroso ejemplos el poder que tiene la opinión
pública en cada uno de los individuos, entendidos como seres particulares y,
sobre todo en aquellos más frágiles que se sienten ligeramente desplazados del
entorno social.
Así, para la creación de su opinión individual, que más tarde
cuando sea compartida se convertirá en una opinión colectiva y pública, el
individuo parte de la perspectiva de la observación de su entorno social, y es
capaz de renunciar a su propio juicio y de reprimir sus instintos con tal de
evitar el rechazo por parte de la mayoría, por la sociedad que acepta, apoya y
defiende otra postura.
Estos individuos frágiles que se percatan de que
sus juicios y convicciones pierden terreno y firmeza se sienten cada vez más
inseguros, y como consecuencia, son cada vez menos propensos a expresarse
públicamente, y apoyan a la opinión dominante. Opinión dominante que en la
mayoría de los casos ha surgido como consecuencia de los medios de
comunicación, de la mediatización de los mensajes y del trasvase de
información, que son canales de los cuales procede la estimación, al menos en
un primer momento, del clima de opinión.
Los medios
se constituyen en empresas informativas, las cuales tienen unos intereses
propios que ponen, en ocasiones, en boca de los periodistas. Que un individuo
se vea apoyado por los medios de comunicación con respecto a un tema en
cuestión le hace tender a la elección de la expresión pública, porque en cierto
modo se siente respaldado por una gran fuerza y le hace perder ese miedo
constante que tenemos al aislamiento, que nos hace evaluar continuamente el
clima de opinión.
Un paseo por la historia
Para aproximarnos al concepto de opinión pública,
la socióloga y comunicóloga alemana recorre los supuestos y definiciones
expresadas por los grandes pensadores y estudiosos del tema. Maquiavello, en el
siglo XVI, es quien se aproxima a la raíz de esta teoría de la espiral del
silencio cuando diferenció la política de la moral y anunció que nunca hay que
parecer contrario a la opinión que tenga la mayoría: ”Todos ven lo que tu
aparentas, pero pocos sienten lo que eres, y estos pocos no se atreven a
oponerse a la opinión de la mayoría”.
Otros pensadores acuñan el término con cierta
vinculación política, donde podría interpretarse ese aislamiento social con la
falta de apoyo por parte de los votantes, es decir, la pérdida del voto, por lo
que los discursos de los políticos siempre van ampliamente ligados con los
temas de actualidad, con lo que informan los medios de comunicación que
pretenden formar una opinión pública que sirva, en cierto modo, como moderadora
de la sociedad, es decir, que ejerza un papel de control social.
Los números no mienten
Para justificarnos todo lo expresado en su
teoría, la autora nos muestra multitud de ejemplos que fueron llevados a cabo
durante los años 70 en Alemania, que por aquel entonces eran dos, la
democrática y la federal. Así se sirve de sondeos y encuestas electorales que
se realizaron antes de las elecciones de 1972 y 1976, para analizar la
intención de voto de los ciudadanos.
También nos muestra ejemplos de un corte más
sociológico de estudios y muestras que reflejan el miedo del individuo al
aislamiento, a la marginación, que se traduce no en el cambio de una postura
adoptada, sino en la interiorización de la misma y la muestra pública de otra
muy diferente, pero que es la dominante.
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