STORY TELLING. Por qué la gente no me presta atención?


Decía Bruce Chatwin, escritor inglés, que para escribir una buena novela hacían falta tres cosas: tener una historia para contar, querer contarla y saber cómo hacerlo.


Como comentara Antonio Núñez en su libro “Será mejor que lo cuentes”, antes de que la Economía de la Atención nos engullera a todos, cualquiera que tuviera un mensaje que comunicar lo tenía más fácil para capturar nuestro tiempo de atención.


Pero hoy el tiempo de atención es el recurso escaso por excelencia en las sociedades desarrolladas, unos ciudadanos ofertan tiempo de atención y otros lo demandan, esto es vital a la hora de comunicarnos con los demás.


Hace algunos años no éramos tan escépticos, ni estábamos tan saturados o predispuestos, hoy un ser humano promedio, en un día de rutina, está expuesto a no menos de 5000 mil mensajes publicitarios y ante ese panorama el receptor ya no está cautivo en un blanco localizado y fidelizado, en la economía de la atención cualquiera de nosotros decide, cómo, cuándo y dónde presta atención a los mensajes emitidos por los múltiples emisores.


No más de 2 minutos en promedio nuestros receptores de la época posmoderna están dispuestos a dedicar al mensaje o historia que compite entre miles. Los mensajes son muy parecidos, la tediosa y agresiva tendencia de nuestras campañas publicitarias de repetir en forma irracional contenidos muertos, más que posicionar contribuyen a legitimar a usuarios o consumidores ya desafectos, que desean hallar algo realmente interesante en los escasos minutos que consagran a prestar atención.


Ante esta realidad se impone la necesaria tarea de avocarnos a redefinir nuestra estrategia. ¿Cómo propagamos nuestro mensaje de manera que nuestros blancos de público distingan y reciban nuestra historia en lugar de las demás?


El Story Telling o arte de narrar relatos, en algunos países conocido como arte de los cuentacuentos o narradores, ofrece respuesta. Christian Salmon y Antonio Núñez, cada uno desde sus aportes científicos, coindicen en la relevancia de esta práctica en la construcción de la identidad de candidatos políticos, figuras de la vida pública e imagen institucionales.


Las nuevas tecnologías de la web 2.0 han favorecido que las audiencias dejen de ser pasivas e intervengan en el proceso, dicidiendo sobre el contenido y la forma de los mensajes. Este involucramiento de las audiencias habla de su identificación con los mensajes, la gente enfoca según el interés que genere el estimulo y cuando esto ocurre probablemente en el relato que promueve el mensaje se encuentra representado un fragmento de la historia del receptor.


La carga emocional que supone esa identificación con los relatos a los que el receptor presta atención es más fuerte que la simple información que propagan otros emisores, de ahí que ganará sitial de preferencia la mejor historia, aquella que mejor conecte con el relato de los públicos.

Hace algunos años escuché en voz de un veterano locutor de la radio dominicana y maestro de oratoria Juan Nova Ramírez, que las palabras tienen color, olor y sabor, me atrevo a decir, y en ello coincidiré con Nuñez, que “un buen relato, huele, tiene textura, se puede ver aunque no tenga soporte visual, se puede oír, aunque sea mudo y está impregnado de sabores. Un buen relato pulveriza la resistencia del más desafect@ de los ciudadanos de la economía de la atención”.

Un relato es una herramienta de comunicación estructurada en una secuencia de acontecimientos que apelan a nuestros sentidos y emociones.

“si desa manera cuentas tu cuento, Sancho -dijo Don Quijote, Repitiendo dos veces lo que vas diciendo, no acabarás en dos días: dilo seguidamente y cuéntalo como hombre de entendimiento, y si no, no digas nada”

Miguel de Cervantes.


En qué se distingue tu relato de los miles que gravitan en el espacio vital? Aun te sigues preguntando por qué no acierta tu discurso, por qué no convence tu disculpa, por qué no prevalecen tus argumentos, por qué tu marca ya no dice nada, por qué no cautivan tus palabras y por qué la gente no te presta atención?


Cuál es tu historia?

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