No saque
demasiados términos o conceptos técnicos, tratando de demostrar sus grandes
conocimientos sobre el tema.
En el ámbito social, y en cualquier otro,
entablar una conversación es una práctica habitual cuando una persona o varias,
entran en contacto con otras personas, en lugares y situaciones tan diversas
como puedan darse en la vida cotidiana de cualquier individuo.
Participar en una conversación requiere de
algunos conocimientos sobre las normas de educación y cortesía.
1. Hay que saber hablar y saber callar. Una
conversación no es un monólogo y por lo tanto sus intervenciones deben ser
prudentes y con un tiempo limitado. Hay que saber callar a tiempo para escuchar
otras intervenciones y opiniones.
2. Una conversación no es una conferencia.
No saque demasiados términos o conceptos técnicos, tratando de demostrar sus
grandes conocimientos sobre el tema. La persona que domina un tema deja su
constancia en las intervenciones que hace, no tiene que demostrar nada. Además,
es un gesto poco elegante tratar de abrumar o hacer de menos a los demás
participantes de la conversación. Quien sabe sobre un tema es reconocido por los
demás sin necesidad de hacerse notar.
3. La importancia de la mirada. En una
conversación es correcto mirar a quien está hablando y no desviar la mirada
hacia otras personas o lugares de la estancia dando una sensación de
impaciencia o desinterés. Esta falta de interés es una muestra de desprecio
hacia quien habla.
4. Respeto. En una conversación se
intercambian ideas y opiniones de lo más diverso. Es totalmente necesario
respetar todas ellas, por muy diferentes que sean a las que usted tiene o
porque no profesan sus mismas creencias. Nadie está en posesión de la verdad,
aunque muchas personas crean que si, o que solo ellas tienen razón.
5. Temas no recomendados. Hay varios temas
generales que suelen ser un punto de partida para que una conversación termine
en un enfrentamiento verbal. Los temas que más polémica suelen suscitar son:
religión y política, y hay quienes añaden un tercero, el sexo. No obstante, se
pueden añadir otros temas no recomendados, sobre todo dependiendo del lugar en
el que se encuentre, como puede ser hablar de enfermedades, intervenciones
quirúrgicas, etc. en la mesa.
6. Inicio y final. No hay una regla o norma
que indique quien debe iniciar o terminar una conversación. Cualquier persona
puede iniciarla, si bien los anfitriones suelen ser buenos
"introductores" de temas para conversar, sobre todo a la hora de
hacer las presentaciones. Un anfitrión que hace las presentaciones puede
aprovechar este momento para comentar: es un gran aficionado a los coches como
usted, o bien, es un experto coleccionista de sellos ...
7. Entrar y salir. Para entrar en una
conversación y abandonar la misma hay que ser cauto y prudente. A la hora de
incorporarse a una conversación hay que hacerlo por medio de un tercero que
haga de introductor o en último caso uno mismo (haciendo un simple comentario
como; perdonen ¿están hablando de caza?, o algo por el estilo) siempre que la
conversación no sea privada. Y para dejar la conversación, lo mismo, una
pequeña disculpa para retirarse.
8. La voz. Usted como cualquier persona
tiene un determinado timbre de voz, que no puede cambiar pero si
"moderar" y controlar. Hay que hablar a un ritmo adecuado, con un
tono suave y pronunciando bien. Hablar muy alto o muy rápido no aporta nada a
la conversación, si no es confusión y malestar entre quienes le acompañan.
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