Sonrisa
En los estudios de Ekman y
O’Sullivan la
sonrisa se utiliza para enmascarar las expresiones emocionales
negativas como la ansiedad y el miedo. El mentiroso utiliza la sonrisa para
ocultar sus auténticas emociones. Los músculos que producen la sonrisa, en
especial el músculo zigomáticoal contraerse, posee el efecto de estirar la
comisura de los labios hacia los lados y hacia arriba.
La risa falsa que puede encubrir
una emoción que no se quiere revelar. Por su parte, la sonrisa verdadera va
acompañada de la contracción del orbicular de los ojos, que eleva el párpado
inferior cubriendo parcialmente los ojos.
La detección del engaño basada en indicios no verbales se
apoya en aprender a observar, en conocer bien los comportamientos no verbales
que provocan las emociones y en comparar el comportamiento no verbal en
especial si hay cambios importantes cuando hay información clave.
La sonrisa es una de las formas habituales de
disimular una emoción
La risa nerviosa es un indicador
típico de ocultación.
Voz
En situaciones de ansiedad y
estrés la voz humana se vuelve más aguda elevando su tono. La persona tiene más
dificultad para modular la voz y entonar. Puede aparecer una ligera afonía. Se
tiene que prestar atención a los cambios de voz ante las preguntas clave. Sin
embargo, la ausencia de cambios no es signo de veracidad.
El habla posee un patrón
consistente casi rítmico. Cuando alguien se pone nervioso este patrón se vuelve
más lento, inconsistente y con errores en el habla debidos al nerviosismo y al
esfuerzo mental que necesita para controlar lo que va diciendo.
Gestos
Las personas utilizamos en la
conversación una o las dos manos para adornar con gestos una comunicación. La
persona que miente no se siente cómoda al reforzar con gestos sus respuestas
verbales y éstas tienden a ser artificiales. Emplea menos gestos demostrativos.
Los mentirosos utilizan menos movimientos antigravitatorios, como levantar las
cejas, que demuestra convicción y fe en las palabras que uno pronuncia o
levantarse de puntillas cuando están de pie al terminar una frase para añadir
énfasis.
La mirada esquiva o huidiza
señala al mentiroso. Por ello, atender a la actividad ocular es la forma más
corriente de evaluar la mentira. Muchas personas piensan que es el mejor indicador.
Sin embargo, factores de personalidad o culturales pueden influir en la manera
de establecer el contacto ocular. Desviar la mirada es un signo de estrés. El
mentiroso mirará a otro lado justo antes de responder o durante las primeras
palabras de la respuesta.
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