“Aplazar una cosa fácil hace que sea difícil. Aplazar una
cosa difícil la hace imposible.” ~ George Claude Lorimer
He recopilado esta lista sin orden ni concierto de múltiples
estrategias, algunas sencillas y otras no tanto, que combinadas o de forma
independiente, pueden ayudarte a reducir bastante tu nivel de procrastinación:
1. Utiliza la
Regla de los Dos Minutos. La Regla de los Dos Minutos tiene su origen en GTD y
dice que si estás planificando una acción que se puede hacer en menos de dos
minutos, no la planifiques; hazla. Puedes extender ese tiempo a 5 ó 10 minutos.
Si haces de esta regla un hábito, habrá una multitud de tareas que no vas a
tener la oportunidad de posponer.
2. Da un
pequeño primer paso. Si temes a una tarea por el motivo que sea, plantéate
trabajar solo 5 minutos y dejarlo. Cuando empiezas a trabajar el miedo se
desvanece y coges inercia para continuar y terminar el trabajo. Al dar el
primer paso vences esa resistencia y empiezas a ver de otra manera cosas que
antes te parecían imposibles. Deja de pensar y hazlo.
3. Las
rutinas ayudan. Si conviertes la tareas repetitivas y aburridas en rutinas,
terminarás haciéndolas sin apenas esfuerzo. Las rutinas son hábitos o
costumbres que haces de forma casi inconsciente y simplifican tu vida.
4. Toma
decisiones. Muchas veces vas aplazando una tarea inconscientemente, simplemente
porque no te paras a pensar en ella. Dedica un par de minutos para aclarar qué
significa realmente esa tarea ytoma una decisión al respecto. Puede que decidas
demorarla de una manera racional, en cuyo caso no estás procrastinando y no te
sentirás mal por ello.
5. Haz un
seguimiento de tu tiempo. Anota en algún sitio qué tareas realizas cada día y
cuanto tiempo has dedicado a cada una. Al anotar tu tiempo creas un compromiso
interno que te hace ser más responsable con respecto a cómo lo utilizas.
6. Aprende a
decir no. Apuesto a que muchas de las tareas que pospones son compromisos que
te has buscado por no saber decir que no.
7. No tengas
miedo a abandonar. Puede que no sea el momento de hacer algo. A veces creemos
que tenemos que hacer algo simplemente porque lo hemos empezado. Si el tiempo
hace que ese proyecto ya no tenga tanto sentido o no sea lo suficientemente
importante, simplemente déjalo y haz otras cosas.Esperar no significa
procrastinar.
8. Gestiona
tu energía, no tu tiempo. Es importante que trabajes en tus mejores momentos.
Si estás agotado o de mal humor, tus probabilidades de procrastinar aumentan
considerablemente. Para tener una mejor actitud, descansa lo suficiente,
controla tu nutrición y haz ejercicio.
9. Utiliza la
estrategia de Seinfeld. Jerry Seinfeld, actor y cómico, utiliza esa estrategia
para no dejar de escribir chistes cada día. Si tienes que hacer una tarea todos
los días, coge un calendario y marca con una X cada día que lo haces. El
objetivo es no romper la cadena de equis en el calendario.
10. Divide el
trabajo en tareas pequeñas y concretas. Un proyecto grande y complejo puede
resultar abrumador. Al dividirlo en pequeñas tareas consigues ver claro el
camino y la resistencia a enfrentarte a él disminuye.
11. Establece
una recompensa para cuando termines esa tarea que se resiste. Motívate pensando
en lo que harás después de hacerla—algo que realmente te apetezca, te relaje y
no suponga ningún esfuerzo. Define tus propios incentivos.
12. Haz que sea
divertido. Si se trata de una tarea aburrida, busca maneras de hacerla
divertida. Juegos, estrategia Seinfield, técnica Pomodoro, recompensas en cada
avance, etc.
13. Hazlo
público. Si se trata de un reto importante, hazlo público. Habla de ello con tu
familia y con tus amigos, públicalo en tus redes sociales, en tu blog… Te
sentirás responsable y comprometido, y te costará aplazar el trabajo.
14. Utiliza las
palabras adecuadas. Expresa las acciones de forma clara, concisa y motivadora.
Las palabras importan cuando te enfrentas a una nueva tarea.
15. Utiliza una
lista de tareas corta. Un lista larga puede arruinar tu sensación de control y
convertirse en una fuente de estrés y frustración. Cuanto más corta sea tu
lista de próximas acciones, más fácil te resultará estar focalizado en lo que
de verdad tienes que hacer.
16. Utiliza
herramientas que te gusten. No quieras hacerlo todo con una hoja de papel y un
lápiz.Utilizar cosas atractivas puede ayudarte a empezar con más ganas una
determinada tarea.
17. Revisa
regularmente tus objetivos. Si una tarea es complicada, incierta o aburrida,
pero es importante para lograr un objetivo, tener siempre presente esa meta
debería ayudarte a no procrastinar.
18. Trabaja tus
hábitos. Si te conoces a ti mismo y averiguas por qué aplazas constantemente
cierto tipo de tareas, podrás cambiar tus hábitos y encaminarlos hacia una
menor procrastinación y una mayor productividad.
19. Evita las
distracciones. Cuantas más tentaciones tengas para hacer otra cosa en vez de lo
que tienes que hacer, más fácil será procrastinar. Mantén el móvil, las
notificaciones y el acceso a internet desconectados cuando te dispongas a
afrontar tareas complicadas.
20. ¿Tienes un
sistema? Si tienes un sistema de productividad personal como GTD, será más
fácil que tengas claro qué tienes que hacer y por qué no debes aplazarlo.
Es posible construir un modelo de productividad en el que tengas espacio para relajarte sin dejar de mantener alto tu rendimiento.
https://facilethings.com/blog/es/how-not-to-procrastinate
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