EJECUTIVOS QUE COMUNICAN EFICAZMENTE

Una de las habilidades que todo ejecutivo de alto nivel debe poseer es la buena comunicación. En este artículo le ofrecemos 5 consejos para mejorar este aspecto de su liderazgo.

Una buena comunicación es el principio de los grandes negocios. Todos los días, las personas transmiten miles de ideas a través del lenguaje verbal y corporal, pero llevar a un nivel superior esta capacidad es esencial para los altos ejecutivos, quienes deben expresar claramente su visión y objetivos a equipos de trabajo listos para seguir su planeación. Un error en la comunicación puede ser fatal para un proyecto, mientras que las mejores prácticas resultan en cifras y sucesos exitosos. 

Con el fin de mejorar sus habilidades de comunicación, enseguida le presentamos 5 consejos dirigidos a ejecutivos de alto nivel.

Haga de la comunicación su mejor habilidad

Como líder, ha comprendido que la comunicación es la base de los buenos resultados del trabajo en equipo. Por lo tanto, sabe que es su obligación hacer de ella su mejor habilidad, y puede mejorarla día con día leyendo, analizando la estructura narrativa de los reportajes y campañas publicitarias, tomando cursos, asistiendo a conferencias de actualización, o bien, buscando la asesoría personal de un experto en el tema.

Mantenga sus mensajes sintéticos

El rimo de vida actual exige aprovechar cada minuto disponible para realizar tareas valiosas. Siempre que se vea en la necesidad de responder a una solicitud, verbalmente o por escrito, tómese unos segundos para armar la estructura del mensaje en su mente. Ofrezca al receptor del mensaje la respuesta a su pregunta y hágale saber lo que espera de él a continuación.

Asegúrese de haber sido comprendido

La comprensión es la segunda parte de la comunicación, y aunque no es una responsabilidad totalmente suya, puede ayudar a sus interlocutores a verificar que entendieron su mensaje. Al final de un comentario amplio, investigue si tienen dudas, recalque los puntos importantes de su discurso, o cuando lo crea necesario, pida que repitan las ideas principales. 

Recuerde el lenguaje corporal

Más de la mitad de la comunicación está dictada por el lenguaje corporal. La mayoría de los signos que el cuerpo transmite se dan a través del contacto visual o el movimiento de los ojos, la postura de los hombros y el acomodo de los brazos. Mientras hable con alguien, evite mirarlo a los ojos todo el tiempo, ya que puede resultar intimidante o distraer a su interlocutor.

Aplique sus conocimientos a cuestiones prácticas

Por último, ponga en práctica cada conocimiento adquirido. Las reuniones, entrevistas de trabajo, presentaciones y otras situaciones de contacto laboral son excelentes oportunidades para probar sus habilidades de comunicación y analizar la reacción de su audiencia.

A lo largo de este proceso de aprendizaje, tenga presente que cada individuo tiene referencias propias y experiencias que lo hacen decodificar su mensaje de cierta manera que puede ser diferente a la esperada, así que sea paciente e intente ser lo más claro posible cuando descubra que lo que intentó comunicar no fue comprendido correctamente. En poco tiempo, verá resultados favorables en la dinámica de su equipo.

http://www.hlghunters.com/blog/136-consejos-de-comunicacion-para-ejecutivos

PROCRASTINAR: Mandar todo para luego afecta la productividad.

“Aplazar una cosa fácil hace que sea difícil. Aplazar una cosa difícil la hace imposible.” ~ George Claude Lorimer


 Aunque la procrastinación se puede enfocar de una manera positiva, lo cierto es que, en general, procrastinar es un enemigo de tu productividad y te impide aprovechar todo tu potencial.

He recopilado esta lista sin orden ni concierto de múltiples estrategias, algunas sencillas y otras no tanto, que combinadas o de forma independiente, pueden ayudarte a reducir bastante tu nivel de procrastinación:

1.           Utiliza la Regla de los Dos Minutos. La Regla de los Dos Minutos tiene su origen en GTD y dice que si estás planificando una acción que se puede hacer en menos de dos minutos, no la planifiques; hazla. Puedes extender ese tiempo a 5 ó 10 minutos. Si haces de esta regla un hábito, habrá una multitud de tareas que no vas a tener la oportunidad de posponer.

2.           Da un pequeño primer paso. Si temes a una tarea por el motivo que sea, plantéate trabajar solo 5 minutos y dejarlo. Cuando empiezas a trabajar el miedo se desvanece y coges inercia para continuar y terminar el trabajo. Al dar el primer paso vences esa resistencia y empiezas a ver de otra manera cosas que antes te parecían imposibles. Deja de pensar y hazlo.

3.           Las rutinas ayudan. Si conviertes la tareas repetitivas y aburridas en rutinas, terminarás haciéndolas sin apenas esfuerzo. Las rutinas son hábitos o costumbres que haces de forma casi inconsciente y simplifican tu vida.

4.           Toma decisiones. Muchas veces vas aplazando una tarea inconscientemente, simplemente porque no te paras a pensar en ella. Dedica un par de minutos para aclarar qué significa realmente esa tarea ytoma una decisión al respecto. Puede que decidas demorarla de una manera racional, en cuyo caso no estás procrastinando y no te sentirás mal por ello.

5.           Haz un seguimiento de tu tiempo. Anota en algún sitio qué tareas realizas cada día y cuanto tiempo has dedicado a cada una. Al anotar tu tiempo creas un compromiso interno que te hace ser más responsable con respecto a cómo lo utilizas.

6.           Aprende a decir no. Apuesto a que muchas de las tareas que pospones son compromisos que te has buscado por no saber decir que no.

7.           No tengas miedo a abandonar. Puede que no sea el momento de hacer algo. A veces creemos que tenemos que hacer algo simplemente porque lo hemos empezado. Si el tiempo hace que ese proyecto ya no tenga tanto sentido o no sea lo suficientemente importante, simplemente déjalo y haz otras cosas.Esperar no significa procrastinar.

8.           Gestiona tu energía, no tu tiempo. Es importante que trabajes en tus mejores momentos. Si estás agotado o de mal humor, tus probabilidades de procrastinar aumentan considerablemente. Para tener una mejor actitud, descansa lo suficiente, controla tu nutrición y haz ejercicio.

9.           Utiliza la estrategia de Seinfeld. Jerry Seinfeld, actor y cómico, utiliza esa estrategia para no dejar de escribir chistes cada día. Si tienes que hacer una tarea todos los días, coge un calendario y marca con una X cada día que lo haces. El objetivo es no romper la cadena de equis en el calendario.

10.         Divide el trabajo en tareas pequeñas y concretas. Un proyecto grande y complejo puede resultar abrumador. Al dividirlo en pequeñas tareas consigues ver claro el camino y la resistencia a enfrentarte a él disminuye.

11.         Establece una recompensa para cuando termines esa tarea que se resiste. Motívate pensando en lo que harás después de hacerla—algo que realmente te apetezca, te relaje y no suponga ningún esfuerzo. Define tus propios incentivos.

12.         Haz que sea divertido. Si se trata de una tarea aburrida, busca maneras de hacerla divertida. Juegos, estrategia Seinfield, técnica Pomodoro, recompensas en cada avance, etc.

13.         Hazlo público. Si se trata de un reto importante, hazlo público. Habla de ello con tu familia y con tus amigos, públicalo en tus redes sociales, en tu blog… Te sentirás responsable y comprometido, y te costará aplazar el trabajo.

14.         Utiliza las palabras adecuadas. Expresa las acciones de forma clara, concisa y motivadora. Las palabras importan cuando te enfrentas a una nueva tarea.

15.         Utiliza una lista de tareas corta. Un lista larga puede arruinar tu sensación de control y convertirse en una fuente de estrés y frustración. Cuanto más corta sea tu lista de próximas acciones, más fácil te resultará estar focalizado en lo que de verdad tienes que hacer.

16.         Utiliza herramientas que te gusten. No quieras hacerlo todo con una hoja de papel y un lápiz.Utilizar cosas atractivas puede ayudarte a empezar con más ganas una determinada tarea.

17.         Revisa regularmente tus objetivos. Si una tarea es complicada, incierta o aburrida, pero es importante para lograr un objetivo, tener siempre presente esa meta debería ayudarte a no procrastinar.

18.         Trabaja tus hábitos. Si te conoces a ti mismo y averiguas por qué aplazas constantemente cierto tipo de tareas, podrás cambiar tus hábitos y encaminarlos hacia una menor procrastinación y una mayor productividad.

19.         Evita las distracciones. Cuantas más tentaciones tengas para hacer otra cosa en vez de lo que tienes que hacer, más fácil será procrastinar. Mantén el móvil, las notificaciones y el acceso a internet desconectados cuando te dispongas a afrontar tareas complicadas.
20.         ¿Tienes un sistema? Si tienes un sistema de productividad personal como GTD, será más fácil que tengas claro qué tienes que hacer y por qué no debes aplazarlo.

Es posible construir un modelo de productividad en el que tengas espacio para relajarte sin dejar de mantener alto tu rendimiento.



https://facilethings.com/blog/es/how-not-to-procrastinate

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